A pesar de que Agustín se me haya adelantado en su recién inaugurado blog, no quería dejar pasar la oportunidad de contaros alguna cosilla de las acontecidas en el pasado fin de semana, uséase, en el recién finiquitado Encuentro Anual Chosen One. Ya os he hablado antes de toda esta gentuza entre los cuales me incluyo. Todos gente entrañable. Hasta un servidor, si me apuran.
Como decía, el pasado fin de semana se celebró en la localidad cuasi-fronteriza de Fiñana nuestro encuentro anual, y con el beneplácito de las autoridades competentes concurrimos en una más que agradable casa rural la simpática caterva que constituimos.
Antoñazo proveyó a la expedición de armas suficientes como para asaltar Afganistán, así como de centenares de miles de botes de especias variadas; mientras, Manolo, nuestro flamante becario Chosen, recibió en recompensa a sus actitudes una espada (sí, he dicho una espada; a otros les regalan licuadoras), con la que, dicen las malas lenguas, va nombrando caballero o desafiando a diestro y siniestro a todo el personal de tierra y autoridades aeroportuarias almerienses. El Doctor Pantera, fiel a la tradición, durmió siestas merecedoras de record guinnes o de severos estudios científicos.
Como el hecho de narrar día por día todas nuestras actividades puede resultar un tanto lastimoso para los equilibrios cerebrales del que escribe y de los lectores, hoy sólo hare una pequeña referencia-estudio, de base literaria, y así de paso, saco a pasear el título universitario, que andará cogiendo polvo.
Llamamos, en literatura, anagnórisis, al descubrimiento de la verdadera identidad de un personaje de la obra que, hasta entonces ha permanecido oculta para el resto de los personajes o incluso para el propio personaje en cuestión. Durante nuestro fin de semana hemos podido comprobar episodios de anagnórisis, descubriendo en nuestros compañeros y en nosotros mismos, identidades ocultas que nadie sospechaba saldrían a la luz y que han provocado trastornos emocionales de tremenda magnitud. Pero ilustremos los hechos.
Ejercicios de anagnórisis Chosen 2008:
- Se revela la verdadera identidad de Dickysan como el personaje principal de la serie de televisión Me llamo Earl.
- Se revela la verdadera identidad de Agustín (a pesar de haber intentado engañarnos con un infructuoso afeitado de bigote) como uno de los componentes de los Village People.
- Se revela la verdadera identidad de Raúl como Cálico Electrónico.
Pues sí, pequeños y pequeñas, todas estas revelaciones que echan al traste o dan un giro de lo más inesperado a la trama, es lo que conocemos como anagnórisis. Apuesto a que ningún autor clásico concibió ninguna tan catastrófica.
En fin, en el siguiente post, si todavía os queda cerebro indemne, os daré algunos datos más concretos de nuestro periplo fiñanero.
Buenas noches
3 comentarios:
A ver... que aunque los parecidos son razonables... TODO ESTO ES UNA COÑA... y como tal, me he incluido el primero en ella. Que luego sale la gente por peteneras...
Hola:
Los parecidos no son razonables, son IMPRSIONANTES¡¡¡ Besos nene.
Calicooooooooooooooooooooo!!!
Que cabronazo que eres, compae...
:P
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