jueves, 22 de mayo de 2008

Breves batallas. Energías


-Deberías liberar toda esa mala energía; sacarla fuera. Si no lo haces, va a acabar contigo.

Esto me comentaba Fede Palacios una tarde de Enero, regresando en coche tras preparar el sonido de un concierto para esa noche. Fede, pianista extravagante y personaje mucho más peculiar aún, era unos de los hombres más complacido con la vida que he podido conocer hasta la fecha. Quizá por eso, al verme en mi entonces natural estado de descontrol entre lo taciturno y lo eufórico, no dudaba en hacerme recomendaciones de todo tipo para encontrar la paz interior al tiempo que se rebuscaba en sus interminables bolsillos el papel de fumar que siempre perdía; todos los días le escuchaba decir que acabaría dejando el vicio.

Años más tarde, una madrugada de Mayo, en un desfase horario Granada-Miami di con él. Con su buen humor tan intacto como su espantosa ortografía, me contó algunas historias y charlamos durante largo rato. Cuando, casi sin pensarlo, le pregunté si había dejado de fumar y me contestó que no, me sentí aliviado en cierto modo.

Yo tampoco había declarado la amnistía interior.

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