lunes, 3 de diciembre de 2007

Más Bierce. Lexicografía política.

Me hablaban de política. De todos los bandos y colores; de verdad, de todos. En la facultad, en los bares, en las bodas, manifestaciones, bibliotecas y en las elecciones que tragué como presidente de mesa viendo a los diferentes gerifaltes del partido A/B/C servidos por los caterings más caros de la ciudad. Creo que, afortunadamente, unos y otros, ya desistieron de afiliarme. Mi opinión acerca de los grupos y la política en este país no aporta mucho a aquel que no se lleve bien con los antidepresivos médicos.

Para bien o para mal, la curiosidad histórica (esa gran desconocida para la mayoría de nuestra fauna política) y las lecturas tardías me han llevado a la desestimación categórica del charlatanerío, de las siglas y las filiaciones ad aeternum. Igual me ocurre con las disciplinas de partido. Debe ser cosa de tener como compañeros de nocturnidad y tertulia a Baudelaire y al Diablo. Especial gusto por la individualidad. Llámenlo, si les disgusta lo anterior, egocentrismo.


Hablaba el pasado mes del disfrute que me ocasiona la lectura de El Diccionario del Diablo, de Ambrose Bierce. Si me lo permiten les dejaré algunas acepciones cuanto menos curiosas o dignas de mentar.

No me malentiendan; nunca falto a una votación.
O casi.

ADHERENCIA: s. Cierta propiedad de la mano humana en sus relaciones con la moneda corriente. Alcanza máximo desarrollo en las manos de la autoridad, y es considerada un elemento útil para hacer la carrera política.

ALIANZA, s. En política internacional , la unión de dos ladrones, cada uno de los cuales tiene sus manos tan profundamente metidas en el bolsillo del otro que les resulta imposible robar por separado a un tercero.

CAMPAÑA ELECTORAL, s. Proceso que se cumple parándose sobre una plataforma y proclamando que Smith es un genio y Jones un gusano.

CULPABLE, adj. El otro tipo

DEMAGOGO, s. Adversario político.

ELECTO, p.p. irreg. adj. Elegido para hacerse cargo de un único deber y cien subordinados.

ELECTOR, s. Persona que goza del sagrado privilegio de votar por el candidato que eligieron otros.

PATRIOTISMO, s. Basura combustible siempre dispuesta para que la incendie la antorcha de cualquier ambicioso que quiera iluminar su propio nombre.

POLÍTICA, s. Medio de vida castigado por el sector más degradado de nuestra clase criminal.

POLÍTICA, s. Lucha de intereses enmascarada como enfrentamiento de principios. conducción de los asuntos públicos en busca de ventajas personales.

PRESIDENCIA, s. El cerdo engrasado en el campo de juego de la política.

PRESIDENTE, s. Jefe temporal, elegido por los líderes de un partido de bandidos políticos con el propósito de dividirse el botín entre todos.

PÚBLICO, s. Factor desdeñable en los problemas de legislación.

RADICALISMO, s. El conservadurismo de mañana inyectado en la política de hoy.

REBELDE, adj. El que propone un nuevo gobierno que no puede imponer.

RECUENTO DE VOTOS, s. En política, oportunidad de volver a echar los dados, de la que se acuerda el jugador contra el que los dados fueron cargados.

REFERÉNDUM, s. Sistema por el que se propone al voto popular un proyecto de ley, con el fin de averiguar qué significa la oposición pública.

REFORMA, s. Disfraz de campaña que se deja de lado una vez que cumplió su objetivo.

REFORMA, s. Algo que casi siempresatisface a los reformistas que se oponen a una nueva forma.

REPUBLICANO, adj. Sistema de gobierno en que la justicia e igual para todo el que pueda permitirse el lujo de pagarla.

SOBORNO, s. Lo que permite a un legislador vivir de su sueldo sin verse obligado a cometer economías deshonestas.

TIMAR, v tr. Decirle al pueblo soberano que si uno es elegido no robará.

ULTIMÁTUM, s. En diplomacia, una última exigencia antes de recurrir a las concesiones.
Bierce, Ambrose. El Diccionario del Diablo.
Publicado por El Club Diógenes. Valdemar.


0 comentarios: