jueves, 27 de septiembre de 2007

Cinco canciones (I)


“A good compilation tape, like breaking up, is hard to do and takes ages longer than it might seem. You gotta kick off with a killer, to hold the attention. Then you have to take it up a notch, but not blow your wad, so maybe cool it off a notch, and you can't put the same artist twice on the tape, except if some subtle point or lesson or theme involved, and even then not the two of them in a row, and you can't woo somebody with Joni Mitchell's "Big Yellow Taxi" and then bash their head off with something like GBH's "City Baby Attacked by Rats," and... oh, there are a lot of rules. Anyway, I worked hard at this one.”
(D.V. De Vincentis, Steve Pink, John Cusack, & Scott Michael Rosenberg.
Based on the novel “High Fidelity” by Nick Hornby)
-¿Cómo va mi cinta?          
Puede parecer una pregunta sin más pretensiones. Debería serlo, de hecho, pero, maldita sea, si de algo carece, es de inocencia.

Pongámonos en los justos antecedentes. Diremos que la pregunta proviene de alguien a quien respeto; alguien a quien hace casi once años prometí grabar una selección de canciones en una cinta cassette de 60 minutos; digamos algo más: por supuesto, tal cinta no está ni mucho menos terminada. Se responda lo que se responda, uno está perdido; a menos que las especuladísimas obras del metro de Granada lo engullan a uno en ese mismo instante.

He escogido este fragmento de "Alta Fidelidad" (personajes maniáticos haciendo listas: Esos datos, de por sí, ya conllevan irremediables filiaciones personales) en el que el protagonista intenta explicar las dificultades e implicaturas de grabar una selección de canciones. Por supuesto, los conocimientos de Rob son mucho más amplios que los míos, y él sí consigue terminar su cinta en un periodo algo más aceptable que el preciso para celebrar un décimo aniversario. Yo, por mi parte, no puedo por ahora más que ofrecer una pequeña lista; cinco canciones, ni las mejores ni las peores... Cinco buenas canciones para una mañana cualquiera; más a contrapié o más amable...

What A Wonderful World This Could Be, es una de las canciones que recuerdo de siempre. De Sam Cooke, toda palabra de admiración quedaría corta. Probablemente la mejor y mas elegante voz que el soul podrá dar nunca. En 1965 tras vencer a Sonny Liston, Cassius Clay, exclamaba desde el ring:
“Sam Cooke, dejen subir a ese hombre, es el mejor cantante del mundo”.

What A Wonderful World This Could Be tiene toda la belleza de las canciones bien hechas, con sencillez, sin artificios, pero con un sentido del gusto arrollador. Ahí queda pues...
Primera canción para una mañana cualquiera.



Don't know much about history
Don't know much biology
Don't know much about a science book
Don't know much about the French I took
But I do know that I love you
And I know that if you love me too

What a wonderful world this would be

Don't know much about geography
Don't know much trigonomitry

Don't know much about algebra

Don't know what a slide rule is for


But I do know one and one is two

And if this one could be with you

What a wonderful world this would be

Now I don't claim, to be an "A" student
But I'm trying to be

For maybe by being an Astudent, baby

I could win your love for me

Don't know much about history...

viernes, 21 de septiembre de 2007

Epílogo

He encontrado guardada, en los archivos de la noche de los tiempos esta entrada escrita y preparada para iniciar; supongo que debió quedarse olvidada, como el propio blog, por dejadez. Tal vez no es el título más indicado para la primera entrada de un cuaderno; pero no pude dar con ninguno más adecuado que el que cierra la colección de poemas en prosa de mi siempre presente Charles Baudelaire. El Spleen de París, al igual que en Las Flores del Mal recorre desde los más colosales a los más ínfimos recodos de la existencia. Toda la belleza encontrada en donde nadie puede encontrarla; esas son las flores de las que hablará el poeta. Condenado y liberado. Sube a mirar, desde la montaña, la ciudad. La ciudad que conoce, que lo hace ser lo que es; ciudad ilimitada, maldita, eterna, ciudad vampiro y ciudad ideal aparece y se recrea a su mirada.
A la mirada de su cuaderno.

Épilogue

Le coeur content, je suis monté sur la montagne
D’où l’on peut contempler la ville en son ampleur,

Hôpital, lupanars, purgatoire, enfer, bagne,

Où toute énormité fleurit comme une fleur.


Tu sais bien, ô Satan, patron de ma détresse,

Que je n’allais pas là pour répandre un vain pleur ;

Mais comme un vieux paillard d’une vieille maîtresse,

Je voulais m’enivrer de l’énorme catin


Dont le charme infernal me rajeunit sans cesse.

Que tu dormes encor dans les draps du matin,

Lourde, obscure, enrhumée, ou que tu te pavanes

Dans les voiles du soir passementés d’or fin,

Je t’aime, ô capitale infâme ! Courtisanes

Et bandits, tels souvent vous offrez des plaisirs

Que ne comprennent pas les vulgaires profanes.


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A la montaña he subido, dichoso el corazón. / Desde allí, enteramente, puede verse la ciudad: / Purgatorio, lupanares, infierno, hospitales, prisión. /Toda desmesura florece allí como una flor. / Y tú ya sabes, ¡Oh Satán!, dueño de mi aflicción, / Que no subía a derramar lágrimas vacías, / Sino que, como viejo lascivo con su vieja amante, / Así quería embriagarme de la enorme ramera / Cuyo encanto infernal rejuvenece mi vida. / Ya sigas dormida entre las sábanas del amanecer, / Pesada, oscura, resfriada; o ya te engalanes / Con los velos de la noche recamados de oro fino, / Te quiero, ¡Oh infame capital! Vosotras, cortesanas, / Y vosotros, bandidos, a menudo brindáis placeres / Que el vulgo profano no sabe comprender.