Recibo una llamada; C** me dice que le ha llegado una canción que le envié. La voz le vacila entre un algo de preocupación y otro algo más de sarcasmo. Me pregunta si ocurre algo y respondo que cuál es el motivo de la pregunta. La contestación me trae desconcertado desde hace días:
-Es por la canción; es alegre.
-Es por la canción; es alegre.